La carretilla elevadora es la máquina de transporte de mercancías más utilizada de la historia. También llamada “toro” en España debido a las dos horquillas delanteras de las que se ayuda para levantar las cargas sobre tarimas o palés, este vehículo se utiliza en fábricas, almacenes y todo tipo de naves de carácter industrial para ayudar con la carga.
Es muy probable, además, que el 99% de los materiales de construcción, alimentación, material de oficina o cualquier otro tipo de producto haya sido transportado por una carretilla, lo que demuestra la importancia de esta máquina en la sociedad moderna. Pero, ¿te has preguntado cuándo aparecen las primeras carretillas elevadoras? ¿Quieres probar suerte con el año?
Origen de las carretillas elevadoras
La mayoría de nosotros podemos pensar que hasta mediados del siglo XX no existe presencia alguna de estos vehículos. Sin embargo, los modelos más rudimentarios pueden encontrarse a mediados del siglo XIX. Si nos remontamos al año 1850, encontramos un sencillo montacargas que consistía en un único soporte y un cable.
Poco después, el estadounidense Elisha Graves Otis utilizó el mismo principio para crear ascensores con cables dentados de seguridad para evitar accidentes en caso de caída (1853), que crecerían con el vapor y la energía hidráulica y terminarían apostando, como sabemos, por la electricidad.
Los principios aprendidos con estos inventos servirían para cimentar las bases de las carretillas: empezaron a rodar en 1913 con motor eléctrico y se consolidaron entre 1917 y 1923, durante la Primera Guerra Mundial, cuando se impuso la cabina del conductor a través de la famosa marca Clark y, posteriormente, cuando se produjeron las primeras horquillas elevadoras unidas a un mástil, pues antes funcionaban mediante sistemas de poleas.
Por otra parte, el principal contratiempo de la época (1925-1950) fue la ausencia total de estructuras uniformes con las que trabajar, pues la normalización de uso de los palés no se instauró hasta veinticinco años después, tras la Segunda Guerra Mundial.
Hoy día, los fabricantes buscan modelos más cómodos, prácticos, potentes y seguros, pues el diseño parece haber llegado a un punto de no-retorno.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que contrates un servicio de alquiler carretillas, quizá tengas unas cuantas anécdotas que explicar a los empleados o a los compañeros, ¿no crees? Lo que es seguro es que darás un poco más de valor a esa máquina que tienes entre las manos.