Usar una carretilla elevadora en un almacén facilita y agiliza mucho el desplazamiento de mercancía pesada. Por ello muchas empresas optan por comprar una carretilla de segunda mano o nueva aunque también pueden alquilarla si no le van a dar un uso muy frecuente.
A la hora de que el operario conduzca la carretilla deberá tomar una serie de precauciones para garantizar un uso adecuado de la misma. En este tipo de vehículos la estabilidad es uno de los aspectos que más condicionan la seguridad tanto del conductor como del resto de operarios ya que la manipulación de cargas de largura o peso excesivo puede causar vaivenes durante los desplazamientos.
Antes de nada, debemos conocer las dos formas más frecuentes de transporte: el transporte con cargas apoyadas directamente sobre las horquillas de la carretilla y el transporte de cargas sobre palets. La segunda opción aporta mucho más control y equilibrio en el desplazamiento.
¿Y qué otros factores influyen en la mayor o menor estabilidad? En una carretilla de segunda mano o nueva hay que prestar mucha atención a la posición de las cargas ajustándolas bien al talón de las horquillas para garantizar la menor distancia posible desde este al centro de gravedad. Por otro lado, para que sea menos probable que la carretilla vuelque se debe mantener una altura de la carga no superior a los 15 o 20 centímetros y durante la circulación el mástil debe permanecer siempre replegado e inclinado hacia atrás.
También es importante que no sobrecarguemos el vehículo ya que si la mercancía a transportar pesa en exceso la carretilla fácilmente podría perder estabilidad. En este caso, lo más recomendable es realizar el desplazamiento de la carga en varios lotes.
Por último, evitaremos en todo momento cambios bruscos en velocidad y giros y cuando debamos circular en rampas con nuestra carretilla de segunda mano, si la carga es estable, siempre descenderemos hacia delante –nunca de forma transversal- y con un ángulo de inclinación del mástil hacia atrás mayor que la pendiente de la rampa.